El Gobierno electo de Panamá expresó este jueves a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de Naciones Unidas que carece de los recursos para manejar el elevado flujo de migrantes irregulares que llegan al país a través de la selva del Darién, su frontera con Colombia, ante lo cual impulsará medidas como la repatriación.
“No tenemos los recursos para manejar esta cantidad de migrantes ilegales y se lo hicimos saber a la OIM, lo entiende y estamos muy contentos de poder trabajar juntos para reducir” este flujo durante el Gobierno del presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, dijo a los periodistas el ministro designado de Relaciones Exteriores, Javier Martínez-Acha.
La migración infantil a través de la región del Darién ha aumentado 40% en lo que va del año y se encamina a batir un récord por quinto año consecutivo, según informó el miércoles una agencia de las Naciones Unidas.
Hasta 160.000 niños podrían cruzar la peligrosa selva entre Colombia y Panamá este año, frente a 113.000 en 2023, según estimaciones de Unicef, la división de las Naciones Unidas que supervisa los derechos de los niños.
Flujos récord de migrantes han desbordado la frontera sur de Estados Unidos, y se proyecta que 800.000 personas cruzarán hasta fin de año, una quinta parte de ellos niños y adolescentes, en su mayoría liderados por migrantes venezolanos.
De acuerdo con los datos del Gobierno saliente del presidente Laurentino Cortizo, en los últimos años la crisis migratoria ha costado alrededor de 70 millones de dólares al país centroamericano, que recibe a los viajeros en unas estaciones en las que les ofrece alimentación, servicios de salud y toma sus datos biométricos.