Una joven de los Países Bajos murió a los 29 años mediante la eutanasia debido a los problemas mentales que padecía. Si bien la mujer estaba físicamente sana, luchó por más de una década contra la depresión, el autismo y un trastorno de personalidad
Zoraya ter Beek falleció el 22 de mayo, poco después de cumplir 29 años, con la ayuda del Centro de Expertos en Eutanasia neerlandés, según comunicó uno de sus mejores amigos en su blog personal.
“Para mí, el autismo es el mayor problema en mi vida”, manifestó Ter Beek al medio citado. En sus años escolares, adoptó una apariencia gótica para disuadir a los acosadores y reflejar su sentir interno. “El look totalmente negro era adecuado, porque así me sentía por dentro”, afirmó en aquel momento.
Zoraya viviía en un pequeño pueblo de los Países Bajos cerca de Alemania. Estaba allí con su pareja y sus dos gatos.
Después de su último tratamiento en agosto de 2020, su psiquiatra le comunicó que no había más procedimientos que pudieran ayudarla. “No hay nada más que podamos hacer por ti. Nunca va a mejorar”, contó la joven que le dijo su médico.
En diciembre de 2020, Zoraya presentó una solicitud al Centro de Especialización en Eutanasia de los Países Bajos. Era una firme defensora de los estrictos requisitos del sistema holandés para prevenir abusos y se oponía a la disponibilidad de “kits de suicidio” para aquellos a quienes se les niega la eutanasia sancionada por el estado. Zoraya creía fervientemente en la necesidad de intervención médica adecuada y aprobación estatal en casos de suicidio asistido.
El caso de Zoraya ha atraído la atención mundial y ha reavivado el debate sobre la eutanasia y el suicidio asistido, particularmente en casos de enfermedades mentales. Su muerte, que se produjo a la 1:25 p.m., ha sido vista por algunos como un acto de valentía, mientras que otros plantean preocupaciones sobre las implicaciones éticas de tales decisiones.