Corea del Norte lanzó cientos de globos con desechos hacia Corea del Sur las últimas semanas, en un nuevo y grotesco capítulo de la guerra de propaganda que mantienen ambas partes desde hace más de seis décadas.
Bolsas de plástico llenas de basura y desperdicios traídas por el viento en al menos 850 globos aerostáticos llegaron entre el 28 de mayo y el 2 de junio a Corea del Sur, cuyas autoridades pidieron a los residentes de las zonas afectadas que se quedaran en sus casas.
Estiércol. Colillas de cigarrillos. Trozos de tela. Pilas usadas. Incluso, al parecer, pañales. En la última semana, Corea del Norte hizo flotar cientos de globos de gran tamaño para arrojar toda esa basura a través de su rival Corea del Sur, en una provocación a la antigua, al estilo de la Guerra Fría, de una forma que la aislada dictadura rara vez ha utilizado en los últimos años.
Pyongyang afirmó haber enviado a su vecino un total de 3.500 globos que transportaban 15 toneladas de basura, según el medio estatal KCNA, citando al viceministro de Defensa norcoreano, Kim Kang Il.
Los expertos afirman que la campaña de los globos de basura pretende avivar la división en Corea del Sur por la política de línea dura del Gobierno conservador de Seúl hacia el Norte. También dicen que hay que esperar nuevos tipos de provocaciones en los próximos meses, ya que el Norte trata de inmiscuirse en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Esos globos empezaron a aterrizar en el Sur la semana pasada, interrumpiendo temporalmente los vuelos y llevando a las autoridades a advertir a los residentes que permanecieran en sus casas. Hasta este lunes, el Ejército surcoreano había encontrado unos mil globos.